lunes, 26 de noviembre de 2007

Juventud en Sociedad (Ensayo)

La vida está llena de cambios que aparecen constantemente y hacen que cada día de la vida tome un rumbo distinto mientras nos logramos estabilizar, pero no es fácil para nadie acostumbrarse a algo que va y viene; así son los cambios y vienen en etapas, talvez una de las más difíciles es aquella que va después de la niñez, llena de problemas, los cuales causan que un joven huya hacia grupos perjudiciales para su desarrollo.

La familia también se ve afectada por el cambio de niño a adolescente, pues los padres no saben como tratar la etapa, ya que para cualquier padre su hijo siempre será el niño o niña de la casa y más si es hijo único. Los padres se equivocan a la hora de criar a los hijos pues a veces no se dan cuenta de lo que pasa por la mente del joven, cuyo comportamiento depende de cómo fue la educación en el seno familiar; todas las familias crían diferente y se ven por ejemplo una familia que mantiene en constantes conflictos entre los padres y agresiones verbales o física, el joven perteneciente a este grupo familiar se tornará agresivo y va buscar este tipo de personas que comprendan su problema y que ellos estén pasando por lo mismo.

“Grupo de crecimiento agitado: Este patrón es el más comúnmente seguido por los adolescentes normales. No manejan tan fácilmente el estrés inesperado como los del grupo anterior. Sus estrategias de afrontamiento son la proyección, el enojo y la depresión. Sus antecedentes ambientales y genéticos no se encuentran tan libres de problemas. Con mayor frecuencia sus familias han sido afectadas por eventos estresantes, tales como separaciones, muertes o enfermedades graves. Las relaciones con sus padres están arcadas por conflictos de opiniones. Son menos introspectivos y menos orientados a la acción que los del primer grupo y típicamente tienden a suprimir o reprimir sus emociones”[1].

Pues es el grupo el refugio de estos adolescentes para poder dejar a un lado su realidad y convertirse en otra persona, buscar su identidad. Pero su comportamiento tiende a ser agresivo y fuerte pero por dentro lo único que busca es ayuda. Por otra parte si la familia tiene preferencia por su hermano, el joven se va sentir alejado y discriminado, va querer llamar siempre la atención de sus padres, es el típico comportamiento de rebeldía donde se cree el “chico malo” y su grupo de preferencia va ser los más “malos”, porque saben que es así como sus padres le ponen la atención que el desea, así sea para reprenderlo. Otro tipo de familia se presenta cuando toda la vida lo han sobreprotegido y cuando llega a la edad de la libertad, el joven no sabe que hacer con ese privilegio y se pierde. El grupo siempre va estar para apoyarlo porque sus amigos son iguales y son los más manipulables, adopta aptitudes que lo hagan sentir grande. En pocas palabras, el comportamiento de los hijos depende en parte de su trato con sus padres, cabe decir que los errores de los padres los pagan los hijos y después se ven las consecuencias.

Pero como en parte, su familia tiene culpa de que busque grupos, otra veces es por parte de los jóvenes que no se dan cuenta que los padres tratan de inculcarles valores que consideran importantes para ellos, pero son distorsionados por los retoños y estos piensan que no valen la pena, que son tontos y lo denominan cantaleta o discursos baratos. De aquí también se desprende ese comportamiento “rebelde”, culpando a los padres de todo, sin mirar sus propios errores.

Un factor importante son los “parches” o grupos de amigos, según resultados de las encuestas[2], la mayoría de personas siempre hacen planes con sus amigos para salir a tomar o a cualquier actividad, se entiende entonces, que los amigos de gran importancia para la vida socia de cualquier personal. En ocasiones el deseo del joven no es muy fuerte a comparación de la presión psicológica que ejercen los amigos sobre él, incitándolo a salir, terminando por convencerlo, pues este frente a su multitud de amigos acepta por miedo al rechazo. El individuo toma como ejemplo el personaje que le inspire respeto, que haya echo cosas que el jamás se atrevió a hacer, que sea su utópico, este tipo de persona en un “parche” es el líder y es el ejemplo a seguir de los miembros del grupo.” “Varios autores parecen coincidir desde el campo de la psicología, la sociología e incluso el psicoanálisis en que la construcción de una identidad social que lleva a un joven a buscar a un grupo coincide con un momento normal en la búsqueda de la identidad personal. Esto se confirma en el hecho de que los grupos tienen carácter transitorio”[3]. Aunque los parches influyen en gran parte en las decisiones del joven, esto no quiere decir que el no puede elegir lo que quiere para su vida, pues el puede preferir seguirlos o por el contrario alejarse. De todos modos, somos libres de decidir sobre nosotros mismos. Estos grupos son parte de esta etapa, después de ello, el joven decide si seguir fomentando esa amistad o abandonarla pues ha encontrado lo que busca.

También el la adolescencia encontramos un factor crucial para optar por un grupo, la crisis de identidad, un periodo en donde se crean cuestiones sobre la vida, o, como llaman otros, “angustia existencial”. Es aquí donde salen a relucir algunas preguntas como: ¿Por qué vine aquí?, ¿Por qué tengo esta familia?, ¿Será que esto es lo que yo quiero?, ¿Quién soy?, quizá esta ultima es la más relevante, porque no tiene de donde partir y nadie más que él puede responderse, encontrándose entre la espada y la pared. Pero tiene claro que no va a recurrir a sus padres, pues no cree que ellos deban hace parte de su desarrollo, quedándole la opción de salir a la calle donde están los que el considera que le pueden ayudar, “La identidad es un constructo elaborado en relación a los límites o fronteras entre los grupos que entran en contacto. No deja de ser, en este sentido, una manifestación relacional, de interacciones”[4]. Los grupos son necesarios para hallar esa identidad, responder esas preguntas, pero a veces no se da cuenta que ellos están igual o peor de confundidos que él, y lo orientan mal. De esta manera el joven busca esa identidad en sus amigos, pero de lo que no se da cuenta es que se está pareciendo a ellos, que hay más del grupo en su vida que cosas de si mismo.

La sociedad es fundamental para el desarrollo del joven pero el problema es que el no es objetivo a la hora de escoger el grupo al que va a pertenecer, el que en verdad podría otorgarle alguna ayuda, sino que escoge lo que el considera importante, como cualquier cosa superficial, la música que escuchan, los programas de la televisión, todo esto dificulta el desarrollo del joven. Además, la sociedad es importante para todo individuo, no es posible vivir fuera de una sociedad, sin correr el riesgo de convertirse en un prisionero de si mismo. Pero para pertenecer a una no hay que llegar al extremo de estar en cualquier parte, en cualquier grupo.


[1] La familia y el adolescente. MENDIZÁBAL Rodríguez, José Arturo. ANZURES López, Beatriz. 1999. Consultado el 23 de noviembre de 2007 en http://www.medigraphic.com/espanol/e-htms/e-h-gral/e-hg1999/e-hg99-3/em-hg993g.htm.
[2] En: http://busquedadelaidentida.blogspot.com/, en el link Opina!!
[3] Transformaciones de la identidad juvenil: “las tribus urbanas”. CASTILLO, Claudia. 2001. Consultado el lunes 22 de octubre de 2007 en http://busquedadelaidentidad.blogspot.com/.
[4] Educación, multiculturismo e identidad. MOLINA Luque, Fidel. Consultado el martes 23 de octubre de 2007 en http://www.oei.es/valores2/molina.htm.

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